Conservar y Limpiar

 

 

  • Zapatos de piel: polvo y fango deben ser removidos diariamente con el cepillo. Cada tanto aplicar crema, incolora o con color.

 

  • Zapatos de charol: nada de crema, sólo un paño humedecido para quitar el polvo y hacer que el empeine esté nuevamente resplandeciente

 

  • Zapatos de gamuza: son más fáciles de mantener de lo que se pueda pensar. Se lavan con un paño embebido en agua y con un poco de jabón de Marsella. Para las manchas es perfecta una hoja de papel de lija fino, un cepillito de metal y un pequeño pedazo de caucho.

 

  • Zapatos de tela: es mejor evitar la lavadora. El zapato nunca debe ser sumergido totalmente en el agua porque a largo plazo se despega la cola que está entre la suela y el empeine. También en este caso es preferible frotar con un paño humedecido y jabón de Marsella.

 

¿Cómo secar los calzados recién lavados o muy húmedos a causa de la lluvia o del sudor?

 

Ante todo no colocarlos jamás cerca de fuentes de calor directo (secador o caloríferos) porque se arrugan y pierden flexibilidad. Es mejor dejarlos al aire libre hasta que estén completamente secos, evitando los rayos directos del sol, que los descolorarían. Siempre es bueno introducir luego un poco de papel de periódico: absorberá la humedad y ayudará a mantener la forma del zapato.